sábado, 30 de octubre de 2010

El gasto social.

El gasto social se entiende como la provisión de prestaciones a las personas a través de las instituciones públicas, destinadas a ayudar cuando surgen circunstancias que afecten a su bienestar, según la definición de OECD (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico)  2001:7

Los grandes capítulos del gasto social según la metodología SEEPROS de Eurostat denominadas “funciones” son:

  • Enfermedad/Asistencia médica: se encuentra los gastos para conservar, reponer o mejorar la salud sin depender del origen de la pérdida de salud.
  • Invalidez: gasto destinado a proteger a personas con una incapacidad permanente y temporal con prestaciones económicas.
  • Vejez: gasto en pensiones.
  • Supervivencia: prestaciones por el fallecimiento del cónyuge o pariente próximo, es decir, por viudedad o orfandad.
  • Familia/hijos: prestaciones económicas y servicios sociales de ayuda a las familias.
  • Desempleo, prestaciones por desempleo.
  • Vivienda: ayudas para hacer frente a los costes de alojamiento, cuando la persona que recibe esa ayuda no tenga los suficientes recursos económicos. Quedan excluidas las transferencias de capital y las destinadas a la inversión.
  • Exclusión social: prestaciones económicas o de servicios en contra de la exclusión social, siempre que no estén incluidas en otro apartado.
 
En términos absolutos la inversión para el 2011 crece un 1,3% respecto al 2010, es decir, 183.231 millones de euros en gasto social.
Hay una partida del gasto que crece y no se puede contener, y es el gasto en pensiones. En el próximo año se destinarán 112.215 millones de euros, lo que supone una subida del 3,6% respecto a este año, es decir, un 61% del total del gasto social.

Otra de las grandes partidas del gasto social son las prestaciones por desempleo. Esta partida se recorta un 1,6%. El estado tendrá que aportar del 50% de las prestaciones por paro, es decir, un total de 15.780 millones de los 30.140 millones que son necesarios. El resto los pagarán las aportaciones sociales de empresarios y trabajadores (las aportaciones de la Seguridad Social), que dejaron de ser capaces de financiar solos estos pagos a partir del 2007.

Desde 1985 se ha destinado más gasto en mejorar los derechos sociales como la sanidad y las infraestructuras, pero sin embargo la tasa de pobreza se ha mantenido a pasar de crecer este gasto, no sólo en porcentaje del PIB, sino también en valor absoluto por el crecimiento que ha tenido el PIB en nuestro país respecto al crecimiento de la población. Este fenómeno se podría explicar por la mala gestión o porque no se destinan a los que de verdad lo necesitan, o podría ser también porque las economías desarrolladas son menos competitivas y se necesita cada vez más dinero para mantener controlada la pobreza.

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